Los bolsos artesanales de palma de iraca son el resultado de un proceso lleno de tradición, paciencia y destreza. Detrás de cada pieza hay manos expertas que convierten una fibra natural en una obra de arte.
1. Recolección de la palma:
Todo inicia en zonas rurales donde se cultiva la palma de iraca. Se seleccionan las hojas más jóvenes, que ofrecen mayor flexibilidad y calidad.
2. Cocción y secado:
Las fibras se cuecen al vapor o en agua caliente para limpiarlas y ablandarlas. Luego, se secan al sol colgadas al aire libre, en paisajes montañosos como los de Nariño o Sucre.
3. Teñido:
Muchas artesanas tiñen las fibras usando tintes naturales o industriales para lograr una paleta de colores vibrante. Cada tonalidad es cuidadosamente elegida para el diseño del bolso.
4. Tejido a mano:
Con la técnica heredada por generaciones, las artesanas comienzan a tejer la forma del bolso. Este paso puede tomar varias horas o incluso días, dependiendo de la complejidad del diseño.
5. Ensamblado y acabado:
Finalmente, se incorporan elementos como asas, forros o herrajes. Cada bolso es revisado minuciosamente para asegurar su resistencia y calidad.
En Dulce Cerezo, valoramos este trabajo artesanal y lo llevamos al mundo con orgullo. Cada bolso que ofrecemos es una pieza única con alma, historia y belleza.